Mitos del mantenimiento de vehículos: lo que realmente importa para prolongar su vida útil
El mantenimiento de un vehículo es clave para su rendimiento, seguridad y durabilidad. Sin embargo, muchas empresas y profesionales independientes suelen basar sus decisiones en creencias erróneas que, en lugar de beneficiar al vehículo, pueden ocasionar problemas a largo plazo.
Si tu negocio depende de un vehículo para la movilidad diaria, la logística o el transporte de mercancía, es fundamental que sigás las mejores prácticas para su mantenimiento. En este artículo, desmentimos algunos de los mitos más comunes sobre el cuidado de los vehículos y te explicamos qué es realmente importante para prolongar su vida útil.
Mito 1: «Sólo hay que hacer mantenimiento cuando el carro presenta fallas»
Realidad: La prevención es la clave para evitar costos mayores.
Uno de los errores más comunes es pensar que el mantenimiento solo se necesita cuando el vehículo comienza a presentar problemas. Este enfoque reactivo puede provocar daños graves y costos elevados de reparación.
El mantenimiento preventivo permite identificar y solucionar pequeños desgastes antes de que se conviertan en averías costosas. Además, mejora la seguridad y eficiencia del vehículo.
Lo que realmente importa:
- Seguir el plan de mantenimiento recomendado por el fabricante.
- Revisar periódicamente el aceite, los frenos y los neumáticos.
- Realizar inspecciones regulares incluso si el vehículo parece estar en buen estado.
Mito 2: «El aceite del motor se debe cambiar cada 5,000 km sin excepción»
Realidad: La frecuencia del cambio de aceite depende del tipo de vehículo y el uso.
Durante muchos años se ha creído que todos los autos deben cambiar el aceite cada 5,000 kilómetros, pero esta regla no aplica a todos los vehículos. La tecnología ha avanzado, y muchos modelos modernos pueden recorrer hasta 10,000 o incluso 15,000 kilómetros antes de necesitar un cambio de aceite.
Factores como el tipo de aceite, las condiciones de manejo y el modelo del vehículo influyen en la frecuencia del cambio.
Lo que realmente importa:
- Revisar el manual del fabricante para conocer la recomendación exacta.
- Usar el tipo de aceite adecuado según el motor del vehículo.
- Evitar extender demasiado los intervalos de cambio, ya que el aceite pierde sus propiedades con el tiempo.
Mito 3: «Mientras más infladas estén las llantas, mejor será el rendimiento del carro»
Realidad: La presión incorrecta afecta el desgaste y la seguridad.
Tener las llantas con una presión más alta de lo recomendado puede reducir la resistencia al rodaje y mejorar el consumo de combustible a corto plazo, pero también provoca un desgaste irregular y menor agarre en la carretera.
Por otro lado, una presión demasiado baja genera más fricción, lo que aumenta el consumo de combustible y el riesgo de reventones.
Lo que realmente importa:
- Revisar la presión de las llantas al menos una vez al mes.
- Ajustar la presión según la carga que transportará el vehículo.
- Seguir las indicaciones del fabricante en cuanto a la presión adecuada.
Mito 4: «El aire acondicionado gasta demasiado combustible, es mejor evitarlo siempre»
Realidad: En ciertas condiciones, apagar el aire puede ser más costoso.
Es cierto que el aire acondicionado genera un consumo extra de combustible, pero en carretera puede ser más eficiente que manejar con las ventanas abiertas. A altas velocidades, abrir las ventanas aumenta la resistencia al viento, lo que hace que el motor trabaje más y termine consumiendo más combustible que si el aire estuviera encendido.
Lo que realmente importa:
- Usar el aire acondicionado de manera moderada en ciudad.
- En carretera, mantener las ventanas cerradas para mejorar la aerodinámica.
- Realizar mantenimiento periódico del sistema de aire para evitar pérdidas de eficiencia.
Mito 5: «No importa dónde cargues combustible, todos los combustibles son iguales»
Realidad: La calidad del combustible afecta el rendimiento y la vida útil del motor.
No todas las estaciones de servicio ofrecen combustible de la misma calidad. Usar gasolina o diésel con impurezas o aditivos inadecuados puede causar depósitos en el motor, obstrucción de inyectores y reducción del rendimiento del vehículo.
Lo que realmente importa:
- Abastecerse en estaciones de servicio confiables.
- Usar el tipo de combustible recomendado por el fabricante.
- Evitar cargar combustible cuando un camión cisterna está rellenando la estación, ya que puede remover sedimentos del tanque.
Mito 6: «Los autos modernos no necesitan calentarse antes de arrancar»
Realidad: En motores de gasolina modernos no es necesario, pero en diésel sí.
En motores de gasolina de nueva generación, no es necesario esperar antes de conducir, ya que los sistemas de lubricación y combustible están diseñados para operar de inmediato. Sin embargo, en motores diésel y en climas fríos, sí es recomendable esperar unos segundos para que el aceite circule correctamente antes de exigir potencia al motor.
Lo que realmente importa:
- En motores de gasolina, esperar unos segundos es suficiente antes de conducir.
- En motores diésel, es recomendable esperar un minuto antes de acelerar fuerte.
- En cualquier caso, evitar aceleraciones bruscas en los primeros minutos de uso.
Mito 7: «El líquido de frenos dura toda la vida del vehículo»
Realidad: Debe cambiarse periódicamente para mantener la seguridad.
El líquido de frenos absorbe humedad con el tiempo, lo que puede afectar su eficacia y reducir la capacidad de frenado del vehículo. Ignorar su cambio puede ocasionar un desgaste prematuro en el sistema de frenos y aumentar el riesgo de fallos en situaciones críticas.
Lo que realmente importa:
- Revisar el nivel de líquido de frenos regularmente.
- Cambiar el líquido según la recomendación del fabricante (generalmente cada dos años).
- Usar siempre el tipo de líquido de frenos adecuado para el sistema del vehículo.
Mito 8: «Si el carro arranca sin problemas, la batería está en buen estado»
Realidad: Una batería puede fallar sin previo aviso.
Las baterías de los vehículos tienen una vida útil limitada y pueden fallar de manera repentina sin dar señales previas. Un vehículo puede encender sin problemas hoy, pero quedarse sin carga al día siguiente.
Lo que realmente importa:
- Revisar la batería cada seis meses.
- Sustituirla según la vida útil recomendada por el fabricante.
- Verificar el estado de los bornes y asegurarse de que no haya corrosión.
Conclusión
El mantenimiento de un vehículo es más que simplemente reaccionar a fallas. Para prolongar su vida útil y evitar gastos innecesarios, es clave seguir las recomendaciones del fabricante, adoptar buenas prácticas de conducción y evitar los mitos que pueden comprometer el rendimiento del carro.
Para empresas y profesionales independientes que dependen de su vehículo para trabajar, mantenerlo en óptimas condiciones garantiza seguridad, eficiencia y ahorro a largo plazo. Implementar hábitos adecuados y derribar creencias erróneas puede hacer una gran diferencia en el desempeño de la flota o del vehículo individual.